ZingTruyen.Xyz

Slug

"Creo que estoy cerca." 

Becky se sintió bendecida. Estos eran sus siete minutos favoritos del día. "¿Cerca?" 

"Si, cerca de llegar al punto de la gran muralla china en donde está mi crush." 

Becky soltó una pequeña risa. "¿Así de difícil es?" 

"El amor no conoce límites." Bastante dramático. 

"¿Qué sigue entonces?" 

La chica tarareó. "Estar segura." 

"¿Segura de qué?"

"De que somos amigas." 

La castaña levantó una ceja. "¿Y cómo lo harás?" 

"No te preocupes. Ya lo pensé." 

Y ahí estaban compartiendo paraguas de nuevo como consecuencia de otro lluvioso día. No quería admitir en voz alta que una parte de ella esperaba encontrarse en el vestíbulo con Freen. Tampoco quería pensar que Freen esperaba a propósito por ella. 

No es como que le interesara saber el motivo de todos modos. Seguro era sólo para evitar la lluvia y no enfermarse. Si, era eso. Sólo eso. 

No le importó ir chocando sus codos y hombros. No le importó que su mochila se estuviera mojando por un borde sólo para que ambas entraran en la sombrilla. No le importó que Freen sólo se estuviera quejando de sus compañeras de equipo ni de sus nuevas técnicas de juego. 

Después de años de apenas cruzar miradas y palabras, este era un agradable cambio. En verdad le estaba hablando. Simplemente conversando. Era algo que Becky jamás hubiera creído. 

"Entonces... ¿Qué crees que seamos ahora?" Preguntó Freen. 

"¿De qué estás hablando?" Bajaron del bus y comenzaron su recorrido a pie. La lluvia se había calmado pero aún lloviznaba un poco. 

"Oh, bueno ya sabes." Se encogió de hombros. "Éramos algo así como una clase de amigas---"

"No. No lo éramos."

"---luego enemigas. ¿Qué somos ahora?" 

No sabía porqué pero la pregunta la inquietó. Apretó los labios. "Yo diría que somos un 'ya veremos'."

"Eso es algo bueno, ¿no?" Becky levantó su rostro para mirar a la otra chica. Ella mantenía la mirada hacia el frente mientras sus nudillos que sostenían las correas de la mochila se ponían blancos. ¿Estaba nerviosa? El tono de su voz no parecía demostrar eso pero su lenguaje corporal irradiaba otra energía. "¿Por qué importa eso?" 

Freen frunció el ceño claramente ofendida. "¿Por qué no te importa a ti?"

La castaña rodó los ojos para evitar su mirada y parecer desinteresada. "No es que no importe para mi." 

"¿Eso qué demonios quiere decir?" 

Podía visualizar el edificio de la más alta a través de la niebla. Grandioso. Entre más pronto llegaran, más pronto Freen olvidaría esta conversación y más pronto Becky tendría su respiración a la normalidad de nuevo. "¿Qué es lo que tú quieres decir?"

"Digo que, ¿por qué es tan difícil para ti aceptar que tal vez seamos amigas?"

Becky dejó salir una fuerte carcajada. "No somos amigas." 

Freen dejó de caminar y la castaña retrocedió cubriendo a ambas de nuevo. "¿Por qué no?" 

La castaña se encogió de hombros. Todo se encogió a su alrededor. Apretó la mandíbula. A pesar del frío que trajo la lluvia su piel ardía tanto que podía sentir el sudor en sus manos y un incómodo peso sobre sus hombros. 

Se remojó los labios mientras buscaba una respuesta en su cabeza. "Pues no lo somos." 

"Pero, ¿por qué?" Freen insistió, sonaba parte ofendida y parte frustrada. "¿No ves lo mucho que me estoy esforzando?" 

Becky frunció el ceño confundida. "¿Esforzando?" 

"Olvidalo." Caminó dejando el resguardo de la sombrilla. 

"¡Espera!" Corrió detrás de ella, la frustración comiendo sus entrañas. "¿Cuál es tú problema?" 

"¿Mi problema?" Freen continuaba evitando la sombrilla que Becky ponía tan insistentemente sobre ella. "Tú eres mi problema." Dejó salir un gruñido. "Actúas como si te hubiera pedido que robaras las respuestas del examen para toda la clase cuando todo lo que he hecho es tratar de ser tu amiga." 

Eso fue la gota que derramó el vaso. Y como un efecto de dominó, todo se fue hacía abajo. "¿Amiga? ¡Ni siquiera podemos tener un almuerzo al ojo público! No creo que estés lista para un título como el de amigas." 

Freen se pasó las manos por el rostro frustrada. La lluvia bajaba por las líneas en sus cabellos y caía por su rostro como lágrimas. Lucía tan fastidiada e indefensa que Becky sintió como se apretaba su corazón. "Pensé que estabas bien con el gimnasio." 

"Lo estoy pero---" no encontraba las palabras correctas. No le agradaba lo extraño que esto se sentía. No le gustaba lo que Freen despertaba en ella. "¿Cuánto tiempo más nos esconderás de tus amigas?" 

¿Cuánto tiempo más se sentiría bien sólo como un secreto? ¿Cuánto tiempo más hasta que fuera desechada? ¿Cuanto tiempo más hasta que Freen aplastara esos pedazos de su corazón que tanto trabajo le costó poner en sus manos?

"¿'Nos'?" La chica sonrió en grande. 

Una corriente eléctrica le atravesó el cuerpo. Hizo que su estómago se revolviera y su pecho se chamuscara. 

Nos-Nosotras-Ambas

Nunca había existido un ellas que ahora sí y entonces ya hasta usaba términos como 'amigas'. Era demasiado. Estaba atravesando demasiado. Freen sin advertir había abierto un frasco dentro de ella del cual estallaron mariposas que la hacían sentir mareada e intimidada al igual que dragones que incendiaban las llamas de sus temores. Freen era esas cosas.

"T-tú sabes lo que quise decir." Tartamudeó. Su corazón martillando en su pecho. "Las personas pueden hablar pero eso porque tú las dejas." Dijo amargamente. "Dijiste que no te avergonzaba."

La pelinegra recibió esas palabras como bofetada. "¡Y no!"

Becky evitó su mirada para no retractarse. 

"¡Bien!" Los pies de la otra chica dieron firmes pisotones mientras salpicaban gotas de charcos hasta que llegó a su destino. "¡Si es eso lo que quieres!" Gritó. 

Todo el fuego en ella repentinamente se apagó. "Espera, yo no---" 

Y la puerta cerró justo en su rostro. 

No era en absoluto una buena idea pero no le dió opción. 

El almuerzo del día siguiente Freen las dirigió del lado contrario de la dirección. Se dirigían a la cafetería.

Becky era un desastre de nervios. 

Se mantuvo en la sombra de la pelinegra mientras atravesaban por las masas de estudiantes. Sentía como si todos la observaran fijamente. Cuestionando su presencia. Mantuvo sus ojos en el piso tratando de no llamar la atención y pensando en la variedad de terribles escenarios que podría terminar este periodo de almuerzo. 

Los nudos en el estómago de Becky se apretaban más con cada paso que daban. 

"Hola." Saludó Freen como si fuera cualquier otro día. 

Los otros devolvieron el saludo, ajenos a la persona que acompañaba a su amiga. Fue hasta que Becky tomó asiento al mismo tiempo que Freen y que lo único que se escuchaba eran sus sillas siendo arrastradas que las cosas se hicieron incómodas. 

Looknam fue la primera en prestarle atención con una expresión digna de personaje de dibujo animado formando una perfecta 'o' con su boca. No era una mirada de disgusto. Sólo como si fuera la primera vez que la veía. Como si fuera alguna estudiante de intercambio transferida que no conocía nadie. 

Kade siguió la mirada de su capitana y parpadeó para asegurarse de la extraña entidad que estaba en su presencia. Sus ojos saltaban de Freen a Becky en una no muy silenciosa manera de preguntar, '¿quién y qué demonios está pasando?'. Becky sólo deseaba ser absorbida por el plástico de su silla. 

Esto fue una mala idea. Una pésima, desagradable, terrible idea. 

"Chicos ya conocen a Becky." Dijo la pelinegra sin rodeos y sin más. La castaña sólo agradecía internamente que no la hubiera hecho presentarse por si misma. 

Los demás la miraron sin darle mucha importancia. Kade estaba muy ocupada tratando de encontrarle sentido a la situación mientras que Looknam hacía los honores de romper el incómodo silencio ofreciéndole una genuina sonrisa amable. 

"Soy Looknam."

Era la primera vez que la chica le hablaba. No compartían clases y sus horarios nunca coincidían. Tenía una voz muy dulce y parecía alguien realmente amable. Una gran contradicción a lo que se esperaba y a su personalidad al jugar. 

Becky asintió regresandole la sonrisa. "Lo sé." 

"Ooh, una sabe-lo-todo, ¿eh?" Kade miró a los demás esperando que siguieran su broma. 

"¿Y qué hay de malo con eso?" Respondió Freen dejando las reacciones de todos a medias. 

La chica giró la cabeza en dirección a su compañera de equipo con los ojos bien abiertos a su traición. La pelinegra simplemente le mantuvo la mirada en señal de reto. Becky ya tenía la cuenta regresiva en su mente hasta que esa bomba nuclear estallara. 

Tres. 

Dos. 

Uno---

"Kade," murmuró Freen. Y eso fue todo para Becky. Crisis... ¿evitada?

"Hola." 

Esas fueron las únicas palabras -única palabra en realidad- que le dijo durante todo el almuerzo. Y estaba bien con eso. Prefería concentrarse en su comida y juguetear con ella a tener incómodas conversaciones que a nadie le apetecía tener. 

Sólo las escucho conversar. 

Creyó que esa mesa serían puros rumores y secretearse cosas de los demás. En lugar de eso, sólo hablaban de técnicas de voleibol, clases estresantes y fechas en las que podrían salir y ver películas o tal vez tener alguna pijamada.

Becky debió pensarlo mejor antes de comparar a estas chicas con reales monstruos pero fue todo fabricación de sus propios miedos y esfuerzos por mantenerse siempre protegida. En verdad que es fácil odiar a alguien cuando tu mente es prejuiciosa. 

"¿Feliz ahora?" Preguntó Freen mientras caminaban de regreso a clase.

No estaba segura de que la Operación Nerd Infiltrado a la Base Popularidad había resultado exitosa pero tampoco lo estaba de que hubiera fracasado totalmente. Al final de la hora del almuerzo Becky había obtenido un par más de sonrisas por parte de Looknam junto con algunos intentos de conversar mientras que Kade no trató de envenenar su comida. 

Así que, si, no fue de lo mejor pero tampoco lo peor. Pero incluso con eso se sentía que hubiera conseguido algo. 

Se reprochó durante toda la noche después de su discusión con Freen el día anterior. No era justo. Ella Sólo trataba de... Lo que sea que tratara de hacer--- de ser, Becky sólo continuaba complicándole aun más las cosas. Negándole todo. Alejándola. 

"No tenías que hacer eso." Dijo la castaña. 

Freen río irónicamente. "Si, si tenía que hacerlo." 

"Mira." Tomó a la pelinegra por el brazo deteniéndola pisos abajo de su aula. "Lamento haberte presionado el otro día. Te creí desde la primera vez que dijiste que no te avergonzaba." Era verdad. No le molestaba en absoluto el gimnasio. No le molestaba tener a Freen para ella sola. "No sé por que actúe así." 

Pero si lo sabía. Lo sabía, pero en lugar de simplemente decirlo, la obligó a demostrarlo. La hizo atravesar por esa prueba incluso sabiendo que la Freen de antes no era la misma de ahora. Fueron sus inseguridades las que hicieron todo y se sentía culpable por no haberlo admitido desde un inicio. Pero admitirlo significaba que tendría que admitirse a sí misma otras cosas. Como lo que estaba comenzando a sentir por--- 

"Esto no es ninguna trampa, ya lo sabes," hablo Freen. "No tienes que tenerme miedo." 

"No lo hago." Realmente no. Tenía miedo de lo que Freen ya podía hacer con ella, no de ella misma. Tenía miedo del espacio que Freen ocupaba en su pecho, de que ese espacio estaba creciendo más y más con cada día que pasaba. Tenía miedo del hecho de ser amigas en verdad. Tenía miedo sólo porque, sí eran algo, entonces eso sería algo que podría perder. Y ella no quería perder. 

Abrió la boca con sorpresa. "¿No?"

"No." 

Freen sonrió satisfecha."Bueno, bien." Puso un dedo sobre su frente y la empujó ligeramente hacia atrás. "Trataremos de nuevo mañana."

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