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Bir Di Er


Hye

—¿Tan malo fue?

Blanqueo la mirada dejando a Zera pasar, ella viene con todo el buen humor del mundo mientras que yo no estoy tan feliz.

—Se puso a llorar.

—Oh... bueno, no necesitas a un hombre llorón en tu vida, necesitas a Yoongi— aplaude, ayudándome a empacar todo mientras suspira por lo alto— amo el destino.

—¿Por qué?

—Y lo preguntas. Ustedes dos empezaron con su relación que según era solo sexual, vale, que yo comprendo que ese pene parece ser insuperable para quien lo prueba, pero ustedes dos son más que eso, se aman.

—Si, nos amamos, pero tú más que nadie debe entender que somos tan parecidos que el miedo a no funcionar era bastante alto— me siento sobre la cama, me canso muy rápido— y en ese tiempo ambos éramos... figuras públicas, por eso preferíamos mantener una idea de solo atracción en nuestra relación.

—Hasta que dijiste que él era tu novio.

—Ese fue un desliz, uno que permaneció como por cuatro años. Luego terminamos porque... porque si, y ya.

Me da un zape.

—Terminaron para seguir cogiendo, su pene no se para con nadie más y a ti nadie te satisface como él lo hace— ya me acostumbré a sus guarradas— y se satisfacen en todos los ámbitos.

—Que romántica eres.

Mi historia con Yoongi es algo enredada, soy presentadora, me dedicaba de lleno a realizar entrevistas a los artistas y bueno, un día tuve el gusto de entrevistar a BTS, grupo al que solía pertenecer el señor Min Yoongi, después de esa primera entrevista llegaron muchas más que me hicieron conocida entre sus fanáticos cómo alguien con quién sus chicos disfrutaban conversar, los entrevisté incluso individualmente, Yoongi incluído.

Cuando éramos solo los dos hablando sobre lo que él era en comparación a Suga y a Agust, tanto él cómo yo nos dimos cuenta de lo obvio; algo empezó allí, nuestras perspectivas y opiniones parecían llevarse de la mano porque eran las mismas y por eso fluiamos tan bien ante cámara.

Dos días después, volví a encontrarmelo gracias a que fui invitada a su empresa para conducir uno de los episodios de su programa, de nuevo; había conexión y comodidad, así que cuando acabamos de filmar, fuimos a comer algo juntos.

Yoongi me pareció el ser humano más sensato, simple y bello del universo. Luego nació la necesidad de sentir al otro y con el primer beso todo se intensificó, yo no quería que otras manos me tocaran después de él, tampoco besar otra boca que no fuese la suya, porque lo hacía tan bien y con tanto esmero que llegué al punto de sentirme en casa, en el lugar correcto a su lado.

Él se sentía igual. Aún nos sentimos de esa manera incluso cuando intentamos conocer a más personas por miedo a arruinar lo bonito que teníamos debido a lo inestables que siempre hemos sido, ni siquiera nosotros nos entendemos.

—Y ahora van a tener un retoño juntos porque la vida no encontró otra manera para hacerles ver qué tienen que estar planeando la boda en lugar de buscar a otras personas.— me regaña Zera— Pero como son estúpidos y no es mi relación, no diré nada más.

—Tal vez deberías conseguir un novio en lugar de intentar comprender mi relación.

—No he encontrado el pene ideal.

—Es que no tienes que buscar un pene ideal, estúpida. Juro que quiero golpearte a veces.



Yoongi

Escuché la puerta abrirse justo cuando leí su mensaje diciéndole que venía con su amiga Zera. Me reí, acercándome a recibirlas para molestar a la mencionada a propósito.

—¿Es la obsesionada con los penes o la normalita?

Zera deja caer la caja sobre uno de los muebles y me observa con fastidio, señalandome después.

—Vete a tomar el sol, chocolate blanco. Ya no te felicitaré.

—Si, no podré dormir ahora que no tengo tus felicitaciones, que desgarrador. Hye me observa de pies a cabeza antes de cruzarse de brazos.

—¿A dónde vas?

—Tengo que ir a entregar una melodía y saludar a Seokjin de paso. Asienten ambas al mismo tiempo.

—¿Cómo sigue él?

—Mm, ya retomó su vida actoral, así que creo que poco a poco está recuperándose— volteo a ver a Zera— si hubieses llegado un poco más temprano, tal vez te hubieras encontrado a Jimin.

Gruñe, molesta.

—¡¿Por qué nunca me avisan cuando ese bizcocho andante está cerca?! Nunca me dejan apreciar el arte que es ese hombre.

—Me da miedo que lo traumes.

Zera grita cuando el gigantesco perro se le lanza encima, asustandola y yo riéndome de paso. Mis ojos dan con los de Hye saliendo de la cocina para reírse igualmente de Zera y su miedo a los animales.

Aunque entiendo que un San Bernardo es bastante intimidante.

—¿De quién es?— me da un beso rápido—Te fuiste sin nada y llegaste con un perro.

—De mi hermano, lo cuidaré unos días. Espero que no te moleste.

—Está bien, es lindo. Más lindo será cuando lo bajes del sofá.

Oh, si. Llamo su nombre y recobra la compostura acostándose en el suelo, bueno, en la alfombra, Zera respira y me ve con odio.

—Voy a vengarme, cuando nueras voy a danzar sobre tu tumba.

—Eso es pedir la muerte, te enterrarán a mi lado y mi espíritu va a molestar al tuyo durante toda la eternidad.— se asusta—Voy a perseguirte a través del cementerio en mi forma fantasmal e igualmente si no has muerto para cuando yo si, me infiltraré en tu casa y voy a espantarte tanto, que morirás del susto, pero ni siquiera así te voy a dejar en paz.

Vuelve a gritar pidiéndole a Hye que me diga algo o terminará orinandose en los pantalones.

—Bueno, ya— dice, sin ganas— vamos a ver la serie en paz, sin problemas mayores.

—No, yo me voy, es demasiado tarde y tengo a la soledad esperándome en casa.

—Puedes quedarte a dormir en el cuarto de invitados— le propongo.

—Gracias, pero no gracias. Me das miedo, chocolate blanco, no quiero mojar la cama del susto. Me encojo de hombros.

—A esperar a la tumba, entonces.

—Que gracioso— rodea toda la sala para evitar al perro, este igual se levanta para irse a dormir, ya sabe cuál es su cama en esta casa— adiosito, disfruten su bebé que aún no es bebé.

Apenas se va, levanto a Hye y me la llevo a ocupar el sofá, me observa acostada sobre mi.

—¿Quieres saber cuántas semanas tengo?

—¿Han pasado semanas? Entonces no fue la última vez que estuvimos juntos.

—No, fue la vez anterior a esa, tengo tres semanas y dos días— arquea ambas cejas— pronto será el mes, no sabía que estaba embarazada porque no tuve ningún síntoma, no me siento mal en absoluto. Decidí hacerme una prueba porque no había presencia roja y bualá, sorpresa.

Sonrío porque se le nota en la cara la emoción y expectativa.


Hye

Cinco meses.

—Es niño.

—No entiendo porqué el mundo se está llenando de hombres— me quejé, Yoongi reía mientras conducía— cuando nazca, seré gorda y flácida.

—¿Y me dices eso con qué intención? ¿La de saber si eso afecta en algo mi afecto hacia ti?

—Obviamente, imagínate que me veo asquerosa y nuestra preciada vida sexual se va al caño.

—Nada referente a como luces o lo que cambie en ti me daría asco— sonrió, entregandome la malteada de fresa con crema—¿Sabes que es chistoso?

—¿Qué cosa?

Da la vuelta, vivimos muy lejos del hospital y tanto él cómo yo sabemos que eso no es muy conveniente ahora.

—Ahora yo tampoco puedo comer cebolla porque me da asco— me reí, burlándome en su cara.

—Me encanta, este sufrimiento no es solo mío.

—Muy graciosa— se detuvo en el semáforo.

Su mano agarró la mía y se quedó viéndola durante unos segundos, acariciando mi anular izquierdo, la duda presente en su mirada mientras yo arqueo ambas cejas por ese inesperado gesto.

—¿Qué estás pensando? Me mira.

—En si vas a querer casarte conmigo cuando el bebé nazca o si vas a decidir irte de nuevo con la excusa de que no vamos a funcionar.

—Oh, por... Min Yoongi.

—¿Toqué un tema sensible?— deja mi mano, sigue conduciendo—En algún momento teníamos que hablarlo, hemos estado bien estos meses.

—¿Y no crees que es porque no hemos convivido demasiado? Tú has tenido que trabajar mucho y en mi caso es igual, nos encontramos-

—En casa, cada noche. Me llamas o yo te llamo cada cierto tiempo durante el día, tu sabes que puedes ir conmigo siempre que lo necesites, no digas que no convivimos porque si lo hacemos.

—La prenda lo sabe y es riesgoso que lo sepan.

—¿Por qué riesgoso? Lo saben hace años.

—No estás tomándote esto enserio.

Se estaciona cerca a la acera, sé que no es capaz de conversar mientras conduce y es probablemente porque siente molestia.

—Hye, estás colocando excusas. No entiendo porqué a este punto de nuestras vidas debería importarnos que los medios sepan que algo ocurre entre nosotros, si lo saben, que hablen y digan todo lo que quieran, no afecta en nada.— me cruzo de brazos, sin mirar más que a la ventana— Siempre haces eso, buscar razones para no ceder a tu sentir, como si fuese un crimen sentirse enamorado de alguien.

—No es que busque excusas, solo soy realista.

—Me rindo, piensa lo que quieras, sigue con tu visión supuestamente realista de nuestra relación como si tuvieses la capacidad mágica de ver el futuro para saber que vamos a fracasar estrepitosamente—me reprende— y es a causa de eso que terminamos la primera vez, nunca debimos habernos separado en primer lugar porque como te diste cuenta— acaricia mi estómago— aún nos necesitamos el uno al otro y ahora tendremos un hijo al cuál aún no le tenemos nombre. Aunque si ni siquiera le tenemos nombre a nuestra relación, menos al bebé.

Me muerdo el interior de las mejillas y chasqueo la lengua después.

—No digas eso de nuestro bebé, encontraremos un buen nombre y él no viene al caso.

—Lo dejo a tu pensamiento. Yo estoy decidido y dispuesto, ahora todo cae en ti— dice— y yo si tengo muchos nombres posibles para mi hijo, tu aún no has querido escucharlos que es distinto.

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